Con Palestina, no al genocidio en Gaza

Declaración aprobada en Junta de Facultad de Ciencias Políticas y Sociología el 1 de febrero de 2024

 

Ante el recrudecimiento de la violencia ejercida sobre la población palestina en los últimos meses, realizamos un llamamiento al personal docente e investigador y administrativo para denunciar el castigo colectivo ejercido por Israel sobre la población palestina, como respuesta a los asesinatos y secuestro de civiles cometidos por Hamas —que también condenamos sin ambigüedad alguna. El ataque de Hamas no puede justificar el bloqueo, los ataques indiscriminados y la invasión de Gaza, así como la actuación impune de los colonos que aterroriza a la población de Cisjordania y Jerusalén Oriental. En la actualidad, asistimos al genocidio del pueblo palestino, que se suma a décadas de violencia estructural, memoricidio y desplazamiento forzoso de la población palestina.

El balance es aterrador: desde el 7 de octubre, el número de desplazados supera los 1,7 millones de personas y las víctimas mortales ascienden a más de 27.000 personas, de las cuales más de 11.000 son menores de edad. Las infraestructuras sanitarias, educativas y habitacionales de toda Gaza están destrozadas y se han producido más de 66.000 heridos. Se ha producido un ataque sistemático contra todas las universidades de la Franja de Gaza, que ha resultado en daños graves o en su destrucción. Varias de ellas colaboraban con universidades españolas en proyectos docentes y de investigación. Nuestros colegas de todas las universidades palestinas, con las cuales tenemos acuerdos de movilidad internacional, han realizado un llamamiento a que denunciemos estos crímenes y exijamos a nuestras autoridades que presionen a Israel para que cumpla con la legalidad internacional.

Desde el 7 de octubre, hemos seguido con creciente consternación la intensificación de los ataques por parte de Israel sobre la población palestina en Gaza. Muchos de ellos constituyen crímenes de guerra y contra la humanidad, incluyendo la destrucción de propiedad no militar, la deportación o evacuación forzada de la población, el ataque indiscriminado y con conocimiento a la población civil, el ataque a hospitales y colegios, y el bloqueo de suministros con el objetivo de recurrir al hambre como arma de guerra. Se ha producido, asimismo, un bloqueo informativo y censura en torno a la situación de Gaza, que, hasta el momento, se ha saldado con más de un centenar de periodistas asesinados en el ejercicio de su labor. Todo ello se está produciendo ante el silencio y la connivencia de la comunidad internacional, incluyendo la Unión Europea.

Aunque Gaza ocupa el foco de los ataques israelíes, condenamos también la violencia ejercida sobre el territorio de Cisjordania, Jerusalén Oriental y los campos de refugiados palestinos, que han incluido el ataque contra civiles, incluyendo más de 350 víctimas mortales, el armamento deliberado de colonos por parte del gobierno de Israel y la represión y detención de civiles y miembros del gobierno palestino.

No es posible separar los acontecimientos actuales de la situación que los palestinos viven desde hace 75 años. El pueblo palestino es víctima de décadas de sufrimiento, de una política sistemática de expulsión, desposesión, apartheid y aniquilación por parte de Israel, cuya causa original se sitúa en la negación de su existencia y el incumplimiento de las resoluciones de Naciones Unidas que, desde 1947, abogan por la solución de dos Estados en la región.

La violación de los derechos nacionales y humanos del pueblo palestino en su conjunto, la violencia y la insoportable cotidianidad y falta de futuro que padecen los palestinos y las palestinas de Gaza, Cisjordania, Jerusalén Oriental y los campamentos de refugiados de Líbano, Jordania y Siria, solo alimentan la violencia y el extremismo. Cada nueva generación de niños y niñas crece sometida a carencias básicas esenciales, también la del derecho a la educación y un futuro digno, con las consiguientes secuelas físicas y psicológicas que sufrirán de por vida.

Es por ello que, desde la comunidad universitaria, los firmantes de este documento hacemos un llamamiento al alto el fuego inmediato y duradero (como aprobó la Asamblea General de Naciones Unidas en la Sesión de Emergencia del 27 de octubre), a una salida negociada a esta guerra que evite más pérdida de vidas y a la búsqueda de una solución al conflicto que respete los derechos del pueblo palestino, en defensa de la paz, la justicia y la dignidad de todos los pueblos, que son asimismo la base de nuestra vida universitaria.