Ciclo y calidad del agua

A la hora de conocer el ciclo del agua en la Facultad nos interesa conocer cómo llega esta, y en qué estado, así como la manera en que se marcha de nuestro campus y si lo hace contaminando o de manera sostenible. Para conocer de manera inicial más del asunto, en febrero de 2023 desde el Aula se organizó un acto con Pedro Arrojo, relator de Naciones Unidas para el agua potable y el saneamiento. Este nos ofreció la necesaria mirada glocal que buscamos en todos nuestros proyectos, ofreciéndonos además varias ideas valiosas para mejorar este ciclo en nuestra Facultad. 
 
A la hora de conocer el ciclo del agua de la Facultad, en un proyecto coordinado por la estudiante en prácticas Lidia Sánchez, pusimos las bases para los análisis del agua que bebemos en la institución. Esto respondía a que no teníamos análisis recientes, a que había cierta desconfianza extendida sobre su calidad, y a que queríamos realizar un proyecto de fomento de las botellas ecológicas y reutilizables entre la comunidad universitaria.
 

La recogida de los diversos análisis estuvo coordinado por Mónica Navia, y tuvimos que hacer hasta tres distintos: uno por parte del Canal de Isabel II que recogería en febrero de 2023 la calidad del agua que llegaba hasta el conector general del Campus, y que fue positivo en todos los parámetros; otro realizado en octubre de 2023 por Madrid + Salud, que analizaría el agua de las cañerías de la Facultad y que arrojó una cifra de hierro en los baños analizados que resultaba superior a lo señalado por el Real Decreto 3/2023, de 10 de enero, por el que se establecen los criterios técnico-sanitarios de la calidad del agua de consumo, su control y suministro; y un tercer análisis encargado por el Rectorado a la empresa HidroQuimia, tras avisar desde el Aula de los valores de hierro hallados en el anterior, que en noviembre de 2023 resultó positivo en todos sus valores, incluido el hierro. 

Al mismo tiempo, en una acción coordinada por Lidia Sánchez y el también estudiante en prácticas Juan Berrocal, se analizaron las fuentes de la Facultad, constatando su mal estado, la falta de una periodicidad en el recambio de los filtros y la necesidad de cambiar al menos 7 de ellas. Esto se elevó a la gerencia del centro, que actuó con celeridad para instalar nuevas fuentes. Estas ahora cuentan con filtros de última generación, adaptación para personas con discapacidad y para rellenar grandes botellas, así como se tiene contratado un servicio para su mantenimiento periódico y renovación de filtros.

Asimismo, se solicitó la compra de unas 500 botellas de agua ecológicas y reutilizables, con el logo de la Facultad y de la UCM, que fueron repartidas gratuitamente entre la comunidad universitaria en diversos actos y en los conciertos.

Este proyecto se combina con la investigación coordinada por la estudiante Fátima Essamari sobre la presencia de plásticos en la Facultad ante la emergencia global suscitada por su peligrosa diseminación por los océanos, la atmósfera y los cuerpos. Tras acercarnos teóricamente a esta problemática, y conociendo así la estrecha ligazón del plástico con los combustibles fósiles que se precisan para  durante el otoño del 2024 y con la colaboración de la estudiante Sara Palomar, realizamos desde el Aula un completo y actualizado informe sobre la presencia de Bisfenol A (BPA) en las garrafas de plástico que surten a las fuentes de los departamentos y otras oficinas de gestión de la Facultad. El BPA es un disruptor endocrino que además provoca 
inflamaciones alérgicas de los pulmones y otros desórdenes autoinmunes. A partir del aviso de un trabajador, estuvimos comprobando la normativa europea más actual al respecto. En este informe recomendábamos de manera urgente el fin de la presencia de botellas con BPA en la Facultad, algo que la gerencia acordó rápidamente con los proveedores, que se comprometieron a dejar de enviárnoslas.

La solicitud del Aula en cualquier caso pasa por desterrar del todo las botellas de plástico del centro, y en ello seguiremos trabajando. La contaminación por plástico, un material proveniente del petróleo y otros combustibles fósiles, contribuye a incrementar las emisiones de gases de efecto invernadero y representa una preocupación significativa en sí misma en el marco de la salud humana y planetaria, lo que se ha venido en denominar One Health.

Relacionado también con el ciclo del agua en un campus llamado Somosaguas por la riqueza original en este área tanto de arroyos como de aguas subterráneas de calidad, hemos trasladado las ideas que nos ofreció Arrojo sobre el párking de la Facultad a distintas autoridades de la UCM. Como es sabido, este párking no solo está infrautilizado, sino que supone una isla térmica de calor importante, construido a base de asfalto impermeable. Desde el Aula estimamos, con Arrojo, que se podría cambiar su superficie y permeablizarla, permitiendo que el agua de la lluvia acuda de manera directa a los canales pluviales subterráneos del campus, ayudando a renaturalizar el arroyo cercano que tenemos. También pensamos, y así lo estamos trasladando, que en aras a combatir tanto el calentamiento global como la crisis de biodiversidad, debería despavimentarse por completo una buena parte del mismo. Es un asunto en el que seguiremos trabajando.